Amor de La Diosa (poema a mi madre)


Tú, que agarraste mi mano cuando temblaba
Tú que besaste mi heridas cuando nadie me vio caerme
Tú que me acunaste cuando nadie me vio levantarme
Tú que cuando yo gritaba
Tú cantabas
Tú que en cada miedo susurrabas amor en mi oído
Tú que cediste el paso a aquellos que tenían que hacerme sufrir para sanar aquello que solo tú puedes abrazar
Tú amada madre que pones ante todo mi bienestar
Tú que mientras vigilabas, yo jugaba
Tú que cuando el fuego o el viento me aterraban, me propiciabas en tus aguas el olvido
de aquello que me dañaba
Tú que cada decisión que tomas la tomas con dolor si me lo causa
Tú que cada decisión que tomas la tomas con euforia si mi camino avanza
Tú amada madre que en tus piernas he llorado ríos de sangre y lágrimas
Tú que has refugiado mi alma cuando ha vuelto a partirse en dos
Tú que nunca aceptaste una ofrenda de sangre y dolor
Tú que cada noche me recibes con los brazos extendidos en tu inmenso cuerpo
Tú que me diste apellido
Tú que me calmas enviando a mi pecho desde tus manos tu calor
Tú que amas y perdonas, amas y perdonas, sanas y perdonas,
que buscas que aprenda y no toleras la traición desde el alma al alma propia
Tú que me acoges con tus muchos nombres y caras
Me haces cada día más humana
Cada día contigo
me siento más yo.

Mucho amor,
Syri.

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